El ser humano parece estar adaptado para correr distancias largas, ya que anatómicamente tenemos características que nos permiten soportar esta actividad física por horas o incluso días. Correr más de 42.195 km (que es la distancia oficial del maratón) se denomina como carrera de ultradistancia. Se trata de una disciplina que se subdivide en ultramaratón (“más allá del maratón”), que se corre en circuitos, pistas o asfalto, y el ultra-trail, que se lleva a cabo en montañas o en un medio natural 1.
Tal vez no estemos familiarizados con el término de ultradistancia, y con toda razón, ya que, como disciplina deportiva, carece de reconocimiento y difusión en México e incluso a nivel mundial. Por lo anterior, consideramos pertinente escribir un artículo con relación a su historia, que además contiene algunos datos curiosos de este deporte en México.
Generalidades de la ultradistancia
Los humanos han corrido largas distancias, probablemente a velocidades relativamente altas, desde hace al menos dos millones de años 2, gracias a algunas adaptaciones anatómicas y fisiológicas muy particulares. Comparados con otros mamíferos adaptados para la carrera rápida, los humanos somos magníficos atletas de resistencia aeróbica, particularmente en condiciones áridas, ya que la sudoración permite eliminar el exceso de calor 3,4.
La carrera de ultradistancia con mayor antigüedad de la que se tiene registro es la que realizó Filípides aproximadamente en el año 490 a. de C. Filípides corrió desde Atenas hasta Esparta y de regreso, a través de la llanura de Maratón, para informar de la victoria de los atenienses sobre los persas.
La carrera de ultradistancia con mayor antigüedad de la que se tiene registro es la que realizó Filípides aproximadamente en el año 490 a. de C. Filípides corrió desde Atenas hasta Esparta y de regreso, a través de la llanura de Maratón, para informar de la victoria de los atenienses sobre los persas. Algunas fuentes mencionan que Filípides cayó muerto después de la carrera, en la que se dice que recorrió casi 600 km en menos de una semana, sin seguir ninguna de las condiciones y cuidados que se tienen hoy en día para correr una prueba atlética de alto rendimiento 5,6. En 1982 un equipo militar británico encabezado por el comandante John Foden, consiguió emular la hazaña de Filípides (al menos en el trayecto de ida) al recorrer una distancia de casi 250 kilómetros en menos de dos días 7.
En la actualidad, existen ultramaratones registrados por distancia (50 km, 50 millas, 100 km, 100 millas, 200 millas, etc.) o por tiempo (6 h, 12 h, 24 h, 48 h, 6 días). La magnitud de este tipo de eventos es asombrosa; el ultramaratón más largo que existe actualmente en el mundo es el Self-Transcendence 3100 Mile Race. Se trata de una carrera que recorre casi 5000 km en máximo 52 días. Y, por si eso no fuera en sí mismo sorprendente, se completan corriendo a través de una manzana de 800 m en el barrio de Queens, Nueva York.
Otro ultramaratón destacado a nivel mundial es el Spartathlon, prueba de ultradistancia que consiste en recorrer 246 km desde Atenas hasta Esparta. Evidentemente, esta carrera surgió como una especie de homenaje a la mítica hazaña de Filípides. Esta es una competencia desafiante, tanto física como mentalmente, y, en promedio, sólo una tercera parte de los participantes logra concluir la carrera 8.
Las carreras de ultradistancia pueden ocurrir en otro tipo de escenario, como son montañas, veredas, senderos, entre ríos e incluso volcanes; a esta variante se le conoce como ultra-trail. El origen “formal” de estas carreras se debió a una situación fortuita en la vida de Gordon Ainsleigh, quien, en 1973, compitió en una carrera de caballos en las montañas de California, en la que tuvo que completar 100 millas. Apenas transcurrido un tercio de la carrera, su caballo comenzó a cojear y, al ser evidente que ya no podía correr más, Gordon se dispuso a terminar la carrera a pie. Al año siguiente Ainsleigh estaba de nuevo en la línea de salida de esta carrera de caballos, pero con la intención de hacer el recorrido totalmente a pie, que concluyó en 23 horas y 47 minutos. A partir de este momento, se consideró al ultra-trail como una disciplina donde los corredores pudieran desafiar su capacidades físicas y mentales.
En los últimos años en México, ha crecido la oferta de carreras de ultradistancia. Algunos de los ultramaratones con mayor popularidad son el Ultramaratón de las Altas Montañas, que consiste en recorrer 101 km con 14280 m de desnivel acumulado, en el Pico de Orizaba, Veracruz, y el Ultramaratón de la Laguna Salada con una distancia de 67 km, realizado por debajo del nivel del mar, en un desierto en Mexicali, Baja California.
En contraste, es mayor el número de ultra-trails que tienen lugar en México. Entre los más populares se encuentra el Ultratrail de México (UTMX), realizado en el Corredor de la Montaña, en el estado de Hidalgo, en distintas modalidades: 37 km, 50 km o 100 km. Adicionalmente, está el Ultratrail Oso Negro, que se caracteriza por las condiciones ambientales tan adversas y cambiantes a las que se enfrentan los competidores. Se lleva a cabo en la Sierra de Santiago, Nuevo León, con una distancia que puede ser de 50 km, 80 km y 100 km.
En México existen varios ultramaratonistas capaces de participar de manera exitosa en este tipo de competencias. Algunos de ellos lo han logrado a partir de una preparación especializada que les ha permitido alcanzar récords tanto a nivel nacional como internacional, mientras que algunos otros lo han conseguido como parte de su vida diaria, en la que tienen que recorrer habitualmente grandes distancias: se trata de los rarámuris.
Los rarámuris, un mito viviente
Los rarámuris, “los de los pies ligeros” (conocidos como tarahumaras), pertenecen a un grupo étnico que habita en la Sierra Tarahumara, que forma parte de la Sierra Madre Occidental, en el estado de Chihuahua. Su reconocimiento a nivel mundial se debe fundamentalmente a su gran fortaleza, resistencia y su aptitud para las carreras largas 9, lo que les ha llevado a ganar diversas competencias en Estados Unidos, España y Francia, entre otros países. La mayoría de ellos corre con huaraches de suela de llanta (Figura 1).
Recorrer largas distancias forma parte íntegral de su vida diaria y de sus tradiciones, lo cual parece que los va forjando para estar listos en la línea de salida. Los rarámuris tienen un juego llamado “Rarajipari”, que consiste en recorrer hasta 200 km en equipos que llevan consigo una pelota, en el caso de los hombres, y un aro, en el caso de las mujeres, hechos con raíces de un arbusto llamado madroño 10.
En México existen varios ultramaratonistas capaces de participar de manera exitosa en este tipo de competencias. Algunos de ellos lo han logrado a partir de una preparación especializada que les ha permitido alcanzar récords tanto a nivel nacional como internacional, mientras que algunos otros lo han conseguido como parte de su vida diaria, en la que tienen que recorrer habitualmente grandes distancias.
La capacidad de los rarámuris para correr largas distancias ha sido analizada desde una perspectiva genética, fisiológica y antropológica 11,12. Por ejemplo, un estudio genético de dos rarámuris, realizado por Romero-Hidalgo y cols., 2017, identificó variantes genéticas asociadas con el funcionamiento musculoesquelético que pudieran explicar la resistencia de los rarámuris por largas distancias. Sin embargo, es necesario analizar la constitución genética de un mayor número de individuos para poner a prueba esta hipótesis 13.
Actualmente, los rarámuris se han convertido en algunos de los principales rivales a vencer por ultramaratonistas de todo el mundo, lo que ha dado lugar a la creación de diversas competencias de ultradistancia en el norte de México. Uno de los ultramaratones más reconocidos a nivel nacional es el llamado Caballo Blanco, celebrado el primer fin de semana de marzo de cada año en Urique, Chihuahua, en el que se puede correr 21, 42 y 80 km. Dicho evento adquirió fama a partir de la publicación del libro “Nacidos para Correr” de Christopher McDougall, libro de culto para los amantes de la carrera a pie 14.
En octubre de 2020 se organizó un campeonato mundial de ultradistancia, llamado Big Dog’s Backyards, que consistió en correr 6.7 km cada hora, sin límite de tiempo, hasta que sólo quedara un corredor en pie. Es de resaltar que la selección mexicana estuvo conformada en su gran mayoría por corredores rarámuris. Pedro Parra, Juan Contreras y Miguel Lara lograron una participación sobresaliente. Pedro Parra, campeón a nivel nacional, se posicionó en el quinto lugar a nivel mundial, tras correr 435.5 km en 65 horas.
Otros ultramaratonistas mexicanos
Hasta donde sabemos, además de los rarámuris, existe un número limitado de atletas que practican la ultradistancia en México, que han alcanzado récords avalados por la IAU (International Association of Ultrarunners), organismo internacional que regula las competencias de esta disciplina a nivel mundial.
Hablar de ultradistancia en México es mencionar a Silvia Andonie, la máxima referente mexicana en esta disciplina, pues ha conquistado 30 récords en total, de los cuales 14 han sido a nivel mundial.
Hablar de ultradistancia en México es mencionar a Silvia Andonie, la máxima referente mexicana en esta disciplina, que ha conquistado 30 récords en total, de los cuales 14 han sido a nivel mundial. Silvia aún conserva el récord mexicano absoluto de la prueba de ultradistancia de 6 días, con un total de 726.603 km recorridos.
Oswaldo López y Jorge Pacheco son también dos referentes de la ultradistancia en México. Ambos han ganado uno de los ultramaratones de mayor prestigio en el mundo: El Badwater Ultramarathon, una carrera de 217 km que inicia en la cuenca Badwater y termina en el monte Whitney, que son los puntos geográficos más bajos y altos de los Estados Unidos, respectivamente (excluyendo Alaska y Hawai). Lo anterior conlleva un ascenso de más de 4 000 metros. La mayor parte de este ultramaratón transcurre en el desierto del Valle de la Muerte—que se localiza al sureste de California, Estados Unidos—en donde hay temperaturas cercanas a los 50 °C a la sombra. Oswaldo López ganó dicha competencia en el año 2011 con un tiempo de 23:41:40, consiguiendo el segundo lugar en los años 2009 y 2012; mientras que Jorge Pacheco la ganó en el año 2008. De manera sobresaliente, Oswaldo López cuenta, además, con el récord mexicano en la prueba atlética de ultradistancia de 24 h, con 224.723 km recorridos.
Además de Silvia, Owaldo y Jorge, Marco Antonio Zaragoza Campillo también ha sido un destacado ultramaratonista, uno de los seis mexicanos en culminar en tiempo y forma el Spartathlon. Marco ha logrado concluir tres veces esta competencia, en los años 2017, 2018 y 2019. Además, cuenta actualmente con el récord mexicano en la prueba de ultradistancia de 48 h, con 328.026 km, obtenido en Uruguay en 2019.
El camino incierto de la ultradistancia en México
Actualmente la ultradistancia tiene poco reconocimiento y difusión en México. Esto se debe a diversos factores: uno de ellos es la falta de apoyos por parte de las autoridades deportivas, debido a que no tiene la categoría de prueba olímpica. Otro factor es que, al haber un número escaso de practicantes, no tiene el impacto publicitario que interese a los grandes patrocinadores; por lo tanto, en la mayoría de estas competencias, no hay un premio económico para los ganadores. Esto implica que todo aquel interesado en ser un ultramaratonista debe costear desde su calzado, ropa deportiva adecuada, sus entrenamientos, inscripciones a las carreras, así como el traslado, hospedaje y alimentación en los viajes para asistir a las competencias a nivel nacional e internacional.
La ultradistancia es una capacidad única del ser humano que nos permite correr distancias inimaginables. En México, la ultradistancia ha formado parte de nuestra cotidianeidad, en la que atletas con o sin un entrenamiento particular, han logrado distinciones en competencias a nivel nacional e internacional. Así que, si pretendes correr, no te pongas un límite, siempre ve por más, recuerda que tu cuerpo está adaptado para recorrer una ultradistancia.
Así que, si pretendes correr, no te pongas un límite, siempre ve por más, recuerda que tu cuerpo está adaptado para recorrer una ultradistancia.
Referencias
Acuña Delgado, Ángel. 2003. «Running to Live: The Rarámuri Dilemma.» Desacatos, no. 12: 130-46.
Balke, B., and C. Snow. 1965. «Anthropological and Physiological Observations on Tarahumara Endurance Runners.» American Journal of Physical Anthropology 23 (3): 293–301.
Billows, R. A. 2014. «Marathon: The Origin of The Legend.» https://libreriaaurea.com/es/5867-maraton-el-origen-de-la-leyenda-billows-richard-9788434417311.html.
Knechtle, Beat. 2012. «Ultramarathon Runners: Nature or Nurture?» International Journal of Sports Physiology and Performance 7 (4): 310–12.
Lieberman, Daniel E., and Dennis M. Bramble. 2007. «The Evolution of Marathon Running: Capabilities in Humans.» Sports Medicine 37 (4): 288–90.
Lieberman, Daniel E., Mickey Mahaffey, Silvino Cubesare Quimare, Nicholas B. Holowka, Ian J. Wallace, and Aaron L. Baggish. 2020. «Running in Tarahumara (Rarámuri) Culture: Persistence Hunting, Footracing, Dancing, Work, and the Fallacy of the Athletic Savage.» Current Anthropology 61 (3): 356–79.
Lieberman, D. E. 2011. «Human Locomotion and Heat Loss: An Evolutionary Perspective.» Comprehensive Physiology. https://onlinelibrary.wiley.com/doi/abs/10.1002/cphy.c140011.
Longman, Daniel P., Jonathan C. K. Wells, and Jay T. Stock. 2020. «Human Athletic Paleobiology; Using Sport as a Model to Investigate Human Evolutionary Adaptation.» American Journal of Physical Anthropology 171 Suppl 70 (May): 42-59.
Magill, Frank N. 2003. The Ancient World: Dictionary of World Biography, Volume 1. Routledge.
McDougall, Christopher. 2011. Born to Run: A hidden tribe, super athletes and the greatest race the world has never seen.. Knopf Doubleday Publishing Group.
Palma, Jesus Manuel, and Fructuoso Irigoyen. 1995. Rarajipari, the Tarahumara Ball Race.. Independently Published.
Romero-Hidalgo, Sandra, Adrián Ochoa-Leyva, Alejandro Garcíarrubio, Victor Acuña-Alonzo, Erika Antúnez-Argüelles, Martha Balcazar-Quintero, Rodrigo Barquera-Lozano, et al. 2017. «Demographic History and Biologically Relevant Genetic Variation of Native Mexicans Inferred from Whole-Genome Sequencing.» Nature Communications 8 (1): 1005.
Spittler, Jack, and Lauren Oberle. 2019. «Current Trends in Ultramarathon Running.» Current Sports Medicine Reports 18 (11): 387–93.
Físico por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con Maestría en Ciencias Bioquímicas así como Doctorado en Ciencias Bioquímicas por la UNAM. Seleccionado nacional mexicano en ultradistancia. Actualmente es profesor en la Facultad de Ciencias de la UNAM.
Biólogo de formación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con maestría en Ciencias Biológicas de la UNAM. Es Técnico Académico Asociado “C” de Tiempo Completo en el laboratorio de Antropología Molecular, Facultad de Ciencias, UNAM. También es profesor de Asignatura “A” en la materia “Taller de Antropología Molecular” de la carrera de Biología de la Facultad de Ciencias, UNAM.
Química Farmacéutica Biológica de formación por la Universidad Autónoma Metropolitana, con maestría en Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Actualmente está realizando su tesis doctoral en Ciencias Biológicas en el LIIGH bajo la tutoría de la Dra. Ávila Arcos.
Excelente, muchísimas gracias.
Muy buen escrito, gracias por compartirlo
Saludos campeón