Ya hemos explorado el significado del feminismo y, en términos generales, lo que constituye o no una película feminista (https://iconema.com.mx/author/dsnively/). Sin embargo, cuando se trata de ver películas de forma activa, la aplicación de estos conceptos puede resultar muy complicada. ¿Cómo determina cada espectador por sí misma (o por sí mismo) si una película es o no «feminista»?
Recomiendo iniciar la investigación con una simple pregunta:
«¿De qué trata esta película?»
En la mayoría de los casos debería haber dos respuestas principales. La primera debería transmitir la premisa, es decir, lo que, en pocas palabras, sucede en la historia. Si estuviéramos hablando, por ejemplo, de Jaws (Tiburón), la respuesta podría ser algo así:
Un tiburón devorador de humanos aterroriza a un pueblo costero turístico.
La segunda debe profundizar en el tema, es decir, en el significado subyacente de los acontecimientos que se producen, también conocido como subtexto. En el caso de Tiburón, se podría decir que se trata de los peligros de la codicia capitalista. Al fin y al cabo, si al alcalde Vaughn no le preocupara la pérdida de ingresos turísticos que supondría el cierre de la playa, no habría conflicto. El tiburón asesino no es la verdadera amenaza. Más bien, es el intento de ocultar esa amenaza a los turistas lo que provoca todas las muertes. En suma, la codicia mata.
El tiburón asesino no es la verdadera amenaza. Más bien, es el intento de ocultar esa amenaza a los turistas lo que provoca todas las muertes. En suma, la codicia mata.
Intentemos ahora el mismo planteamiento con otra popular película de temática marina que infunde insinuaciones más evidentes respecto a la mirada feminista.
¿Te acuerdas de ésta?
Una joven sirena renuncia a su voz (y a su familia) por un par de piernas para conquistar el corazón de un príncipe.
Esa es, por supuesto, la premisa de La Sirenita.
De entrada, el argumento no se anuncia exactamente como feminista, pero nuestro trabajo aquí está lejos de concluir. Para ser exhaustivos, debemos considerar el mensaje general de la película, además de examinar las acciones y reacciones de los personajes principales y lo que sugiere la culminación de dichas acciones.
Así que vamos a desglosar la historia en sus puntos más esenciales:
- En el primer acto conocemos a Ariel, una sirena adolescente que, tras faltar a múltiples ensayos para su gran debut como cantante, igualmente se ausenta del espectáculo, defraudando así a sus hermanas coristas, avergonzando a su padre, el rey Tritón, y amenazando la carrera de su amigo, el cangrejo Sebastián.
- A continuación, nos enteramos de que la razón por la que Ariel se pierde este evento es porque, ¡oh, sorpresa!, se olvidó de todo al estar demasiado absorta en una de sus muchas expediciones de «compras» en busca de suvenires humanos para añadir a su vasta colección. Esta predilección la pone a ella y a sus amigos peces en un riesgo mortal, exponiéndolos a los tiburones, a los pescadores que cazan y se comen a los miembros de su comunidad, por no mencionar a una bruja vengativa y sedienta de poder.
- A pesar de la advertencia de su padre de que no sólo está poniendo en peligro a sí misma, sino a toda su comunidad, Ariel sigue arriesgándose con los pescadores, entre los que ve al príncipe Eric y decide, basándose únicamente en su belleza física, que está perdidamente enamorada de él.
- En contra del consejo de sus amigos, Ariel renuncia voluntariamente a su voz, amigos y familia por un par de piernas para atraer al príncipe, sabiendo perfectamente que, si no la besa en dos días, perderá su alma a manos de Úrsula, la bruja malvada, para toda la eternidad (y lo hace en presencia de numerosas almas perdidas, lo que ofrece evidencia considerable de que las probabilidades no están a su favor).
- Incapaz de hablar, Ariel sonríe y se cepilla mucho el cabello para intentar ganarse el afecto del príncipe, incluso después de que su amigo Sebastián le haya sido servido en una bandeja en la cena de su familia.
- La muda, y por tanto ineficaz, Ariel confía en los amigos del mar a los que ha traicionado repetidamente para que la ayuden a conseguir que el príncipe la bese, y, tras fallar esa meta, vuelve a recurrir a su ayuda para que la lleven a su barco en un intento de impedir que se case con Úrsula.
- En ese punto, los amigos de Ariel desencadenan una secuencia de felices accidentes que hacen que ella, por pura casualidad, recupere su voz y, con ello, pueda recobrar el afecto del príncipe por medio de su canto. Por desgracia, es demasiado tarde. El alma de Ariel es reclamada por Úrsula, hasta que el Rey se ofrece a ocupar el lugar de Ariel, cediendo todo el reino al control de Úrsula para salvar a su hija.
- Ariel asiste, impotente, a la reducción de su padre a un alma perdida y marchita. Ella hace unos pocos y escasos esfuerzos para defenderse, pero en vano. Por suerte para ella, el Príncipe consigue empalar, y por tanto matar, a Úrsula con el mástil fálico de su barco, restaurando así al Rey Tritón en el poder.
- A partir de ese momento, Ariel se despide alegremente de su familia y se marcha con el príncipe, los pescadores y el sádico cocinero que, sin duda, seguirá depredando y dándose un festín con sus amigos y familiares.
Está claro que hay mucho que condenar moralmente en esta historia: el comportamiento imprudente de la protagonista en su búsqueda de deseos puramente egoístas, su desprecio por el bienestar de sus amigos y familia, su evidente materialismo y sus prioridades superficiales, por nombrar sólo algunos ejemplos. Sin embargo, esos detalles individuales no hablan directamente de cuestiones feministas. Después de todo, nadie ha dicho que toda feminista deba ser también un ser humano (o sirena) altruista y responsable.
Sin embargo, esos detalles individuales no hablan directamente de cuestiones feministas. Después de todo, nadie ha dicho que toda feminista deba ser también un ser humano (o sirena) altruista y responsable.
Así que, abordando esta película desde una mirada estrictamente feminista, vamos a restringirnos a las dos principales ofensas antifeministas de Ariel:
- La total dependencia de Ariel en los demás para que la rescaten de las consecuencias de sus propias malas decisiones, y el hecho de que nunca crezca ni aprenda de ellas. Ariel pasa de los cuidados de su padre a los del príncipe sin responsabilidad ni asomo de agencia.
- La voluntad de Ariel de creer y aceptar que es su belleza, y no su voz (y no me refiero exclusivamente a su capacidad de cantar), lo que le ganará el corazón de un hombre, y que un hombre así merece arriesgar todo lo que ella aprecia.
Y así llegamos al mensaje primordial de toda la película: el resultado más importante para una mujer joven es casarse y casarse «bien».
Y así llegamos al mensaje primordial de toda la película: el resultado más importante para una mujer joven es casarse y casarse «bien».
Desde su primera canción en la que declara: «Quiero más», hasta la primera vez que ve al príncipe Eric, Ariel se mantiene firme en este objetivo único. Arriesgará todo para casarse con este hombre y vivir como él, y, al hacerlo, es debidamente recompensada, sonriendo felizmente, mientras se despide de la familia y los amigos que ha decidido dejar atrás (salvo, por supuesto, los que pueda encontrar en su plato en la cena).
Dicho esto, nuestro trabajo aquí todavía no ha terminado. Espero que estemos de acuerdo en que esta película no debe ser calificada como feminista. Sin embargo, vale la pena considerar si contiene algún momento feminista. Tal y como yo lo veo, uno podría estar tentado a argumentar que hay uno o dos, aunque mi conclusión personal es «casi, pero no del todo».
En una escena, Ariel se enfrenta a su padre y le acusa de tener un prejuicio injusto contra los humanos, insistiendo en que no todos son un peligro para su pueblo como él quiere hacerle creer. Por una fracción de segundo, me atreví a creer que Ariel podría ser, al final de la historia, una defensora de la justicia social. Por desgracia, en el contexto de esta película en particular, las afirmaciones del Rey resultan ser correctas. Todos los humanos que conocemos, incluido el que se casa con Ariel, son culpables de matar y comer a los miembros de su comunidad. Por ello, en lugar de mostrarse como una heroína justiciera que lucha por lo que cree, Ariel se muestra egoísta y destructiva en su búsqueda de un príncipe a pesar de la amenaza que supone para su pueblo.
Por una fracción de segundo, me atreví a creer que Ariel podría ser, al final de la historia, una defensora de la justicia social. Por desgracia, en el contexto de esta película en particular, las afirmaciones del Rey resultan ser correctas.
También se podría argumentar que Úrsula tiene sus momentos feministas en los que explota ingeniosamente los estereotipos de género negativos para servir a sus propias ambiciones. En «Pobres almas en desgracia” canta a los hombres:
Veras que no logras nada conversando
A menos que los pienses ahuyentar
Admirada tú serás si callada siempre estás
¡Sujeta bien tu lengua y triunfarás, Ariel!
Úrsula, que tiene mucha labia, emplea esta juguetona ironía para confundir a Ariel, lo que la lleva a conseguir su ambicioso objetivo: hacerse con el control del reino de Tritón. Por ello, casi se puede considerar una villana inteligente, independiente y consumada.
Pero, por desgracia, ella también pierde su agencia al perpetuar varios estereotipos patriarcales, por no hablar de los prejuicios racistas y de los que se refieren a la edad. Por un lado, se ve frenada por su apariencia: es de piel más oscura y de gran tamaño, lo que generalmente equivale a ser malvada y bufonesca en el cine clásico de Disney (afortunadamente, el Disney contemporáneo se está volviendo más ilustrado). Por ello, para conquistar al príncipe, en lugar de confiar en su ingenio, Úrsula emplea la magia para parecer delgada, de piel clara y joven –es decir, hermosa–, tras haber llegado a la conclusión de que la voz de Ariel no era suficiente para conquistarlo después de todo.
Además, a pesar de su impresionante astucia inicial, Úrsula es abatida fácilmente por el príncipe mediante la simple fuerza bruta al ser empalada por el mástil del barco que él timonea. Así que, al final, no es más que otra arpía vieja, fea y fácil de frustrar.
Ay.
Hablando de oportunidades perdidas, ¿qué tan genial habría sido ver al príncipe Eric adulando a Úrsula en su verdadera forma, embelesado por su inteligente conversación que salía directamente de la caja de voz de Ariel? ¡Un Cyrano feminista actualizado! Y del mismo modo, ¿por qué Ariel no podría haber utilizado esa misma voz para derribar a Úrsula, para utilizar su propia inteligencia, en lugar de confiar en la fuerza bruta de un hombre que la salvara?
Hablando de oportunidades perdidas, ¿qué tan genial habría sido ver al príncipe Eric adulando a Úrsula en su verdadera forma, embelesado por su inteligente conversación que salía directamente de la caja de voz de Ariel? ¡Un Cyrano feminista actualizado!
Ahora bien, confieso que he hecho un poco de trampa al utilizar La sirenita como caso de estudio para este tema. Es absurdamente fácil de condenar bajo una mirada crítica feminista. Lamentablemente, puedo decir lo mismo de muchas películas populares. Por otra parte, puedes no estar de acuerdo. Ese es tu derecho, tu privilegio y tu deber como espectador reflexivo de cine. Así que es imperativo que nos tomemos el tiempo para cuestionar nuestras reacciones iniciales a las películas y determinar lo que nos dicen y cómo dan forma a nuestras percepciones de nosotros mismos y de la gente que nos rodea. Eso es todo lo que pido; lo que todos deberíamos exigir, de hecho. De lo contrario, como la pobre y tonta Ariel, todos perdemos nuestra voz.
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Ex bailarina convertida en cineasta, autora de ficción publicada y académica de cine a tiempo parcial, Devi Snively es una orgullosa ex-alumna del Taller de Dirección para Mujeres del Instituto Americano de Cine (AFI) y participante invitada al programa inaugural del Puente de Estudios AFI/Fox en 2017. Sus guiones se han presentado en concursos como la Nicholl Fellowship, Slamdance y PAGE Awards, y sus películas se han proyectado en más de 500 festivales de todo el mundo, obteniendo premios, distribución y elogios de la crítica.