La vainilla (Vainilla planifora)—orquídea originaria de México—es considerada como uno de los saborizantes más populares y versátiles en el mundo. Su uso va desde la industria alimentaria hasta la farmacéutica cosmética y artesanal. Se estima que alrededor de 18,000 productos contienen vainilla en su preparación; sin embargo, el contexto del procesamiento de la planta en México es más complejo de lo que probablemente creemos.

La vainilla a través de la historia en México

La orquídea, llamada “zizbic” por los mayas y como “tlilxóchitl” por los aztecas, era vista como una planta sagrada durante el periodo Prehispánico. Diversos grupos indígenas como los mayas, aztecas, mixes, purépechas, zapotecas, chinantecos y, principalmente, los totonacos, le concedieron a la vainilla un papel central como parte de sus ofrendas, como fragancia, saborizante, medicamento y como tributo (Martínez et al. 2003). (“TOTONACOS,” n.d.).

Los totonacos realizaban rituales y agradecimientos a Kiwikgolo (“señor del monte”) durante el cultivo y la recolección de la vainilla (Enríquez 2013). De acuerdo con una leyenda totonaca, la vainilla se originó al derramar la sangre de dos jóvenes enamorados sobre la maleza: “al secarse, de su sangre empezó a brotar un arbusto cubriéndose de espeso follaje, dando nacimiento a una orquídea trepadora con asombrosa rapidez y exuberancia, perfumando el ambiente con su aroma” (Vizcaino 1984).

De acuerdo con una leyenda totonaca, la vainilla se originó al derramar la sangre de dos jóvenes enamorados sobre la maleza: “al secarse, de su sangre empezó a brotar un arbusto cubriéndose de espeso follaje, dando nacimiento a una orquídea trepadora con asombrosa rapidez y exuberancia, perfumando el ambiente con su aroma”.

En 1520, los conquistadores y misioneros españoles que llegaron a Mesoamérica advirtieron el protagonismo de la vainilla en poblaciones prehispánicas, por lo que esparcieron la noticia en toda Europa. A mediados del siglo XIX, la planta fue exportada hacia algunas islas del Océano Índico, en particular, a Reunión y Madagascar (Damirón R 2004). En la actualidad, Madagascar produce el 31.81% de vainilla a nivel mundial; Indonesia el 34.93 %; China el 11.63 % y México el 4.97 % (Santillán Fernández, Salas Zúñiga y Vásquez Bautista 2018).

En México, el estado de Veracruz es responsable del 70% de la producción nacional, especialmente el municipio de Papantla, localizado al norte del estado y habitado por comunidades totonacas. El gobierno de México ha reconocido a la vainilla producida en esta región como denominación de origen protegida, ya que las características bioclimáticas que permiten su cultivo propician la concentración de elementos aromáticos en el fruto, dándole notas aromáticas únicas que no es posible replicar en ninguna otra parte del mundo. El 29% de la producción nacional restante ocurre en los estados de Oaxaca y Puebla; y el 1% restante en los estados de San Luis Potosí, Hidalgo, Chiapas y Quintana Roo (Havkin-Frenkel et al. 2011).

De la orquídea a las vainas de vainilla

El alto requerimiento de mano de obra en el procesamiento de la vainilla es lo que la hace tan valiosa. La planta necesita de un clima caluroso y húmedo para crecer y lo hace con la guía de una planta tutora como el naranjo, el cedro o por estaca. Generalmente, los primeros dos años es de crecimiento vegetativo y la producción comienza al tercer año, y a partir de aquí la planta produce anualmente. Después de su crecimiento vegetativo, la planta es polinizada de manera manual. Inicialmente este proceso era realizado por la abeja euglosina, hasta que su población fue cada vez más limitada, y la polinización manual se convirtió en la única opción viable para lograr su crecimiento (Arditti 2009). Para producir 1 kg de vainilla se requiere la polinización manual de alrededor de 40,000 flores (Chambers 2019). Después de tres años, la vainilla florece y, durante este periodo, los vainilleros proporcionan cuidados extenuantes a la planta. Después de que las vainas alcanzan su maduración, son recogidas y secadas al sol durante dos meses, hasta que adquieren un color pardo castaño, con una forma delgada y una textura curtida (de Agricultura 1940).

Las protagonistas del cultivo de la vainilla

Se estima que alrededor de 4,000 familias de comunidades indígenas en México se dedican al cultivo de la vainilla. De forma especial, las mujeres que forman parte de estas comunidades han decidido tomar el papel protagónico en su cultivo (Saldívar-Iglesias 2015). Sin embargo, su participación es un tema poco reconocido y difundido.

Su intervención va desde la polinización hasta la colecta de la vainilla. Cada minuto polinizan alrededor de cuatro flores, por lo que, si asumimos que las flores se encuentran en un área delimitada, durante un periodo de cinco a siete horas de 1,000 a 1,500 flores son polinizadas (Havkin-Frenkel et al. 2011).

El gobierno de México ha reconocido a la vainilla producida en esta región como denominación de origen protegida, ya que las características bioclimáticas que permiten su cultivo propician la concentración de elementos aromáticos en el fruto, dándole notas aromáticas únicas que no es posible replicar en ninguna otra parte del mundo.

La formación de organizaciones, lideradas por mujeres, como es el caso de la Sociedad Cooperativa de Mujeres Productoras de Vainilla Aromática, en Ayotoxco en la Sierra Norte de Puebla, ha sido fundamental en proporcionar a la mujer un papel activo en la toma de decisiones y en su autogestión. Uno de los objetivos de este tipo de organizaciones es promover su comercialización a nivel regional y local en forma de artesanías, joyas y extractos.

Es importante mencionar que el protagonismo de la mujer en el campo mexicano no ha sido notable únicamente en el cultivo de la vainilla. Otro ejemplo importante es su participación en el cultivo del café en el país, con todo y que carecen de acceso a la estructura de poder y beneficios económicos de la organización (Cárcamo Toalá et al. 2010).

El papel de la mujer en comunidades indígenas de México está determinado por un contexto de subordinación, desigualdad y violencia (Luna and de Volo 2017), cuya etiqueta predominante ha sido exclusivamente la de amas de casa, madres y esposas, dejando a un lado el papel de productoras-trabajadoras. En las interacciones familiares, el hombre adopta de manera automática el papel de proveedor y protector del hogar, algo que está regido por los roles de género—asignados por el conjunto de normas que dicta la sociedad y la cultura de acuerdo con el comportamiento femenino o masculino (Lamas 1994).

Las mujeres vainilleras en México representan la lucha por la equidad de género y el empoderamiento femenino. Sin embargo, su participación está sujeta a diversos obstáculos, como lo es la ausencia de representatividad en estructuras de poder, falta de reconocimiento o estimulación por sus aportes, o la brecha salarial entre hombres y mujeres. Estos obstáculos son los mismos a los que nos enfrentamos las mujeres día a día, incluso en la ciencia.

Es importante mencionar que el protagonismo de la mujer en el campo mexicano no ha sido notable únicamente en el cultivo de la vainilla. Otro ejemplo importante es su participación en el cultivo del café en el país, con todo y que carecen de acceso a la estructura de poder y beneficios económicos de la organización.

En México, estamos muy lejos de lograr una verdadera igualdad de género. Esto se ve reflejado en problemáticas actuales como la legislación en contra del respeto a las decisiones en torno a nuestro cuerpo, como es la penalización del aborto en la mayoría de los estados de México, o en la persistencia de las múltiples formas de violencia ejercida contra nosotras (Navarro, Robles y Hernández 2014). En este momento, México ocupa el octavo lugar en la ocurrencia de feminicidios en Latinoamérica, en el que cada 2 horas y 29 minutos una mujer es asesinada sólo por el hecho de ser mujer (Salazar Rebolledo y de la Garza Castro 2020). Los feminicidios son vistos como incidentes aislados, con una tendencia a la revictimización y a la justificación del agresor (Salazar Rebolledo y de la Garza Castro 2020). Sin duda, es un tema muy complejo con un trasfondo de violencia generalizada hacia la mujer. 

El cultivo de la vainilla, actividad liderada por comunidades indígenas y en particular por mujeres, nos hace voltear la mirada al impacto que éstas generan en nuestra sociedad, al realizar una actividad que parecería simple y ajena a nuestra realidad cotidiana. Por lo que, cuando tengas oportunidad de oler o probar la vainilla mexicana, recuerda que fue cultivada y recolectada por manos que decidieron tomar el papel protagónico ante adversidades y obstáculos, impuestos por nuestra sociedad.

El cultivo de la vainilla, actividad liderada por comunidades indígenas y en particular por mujeres, nos hace voltear la mirada al impacto que éstas generan en nuestra sociedad…por lo que, cuando tengas oportunidad de oler o probar la vainilla mexicana, recuerda que fue cultivada y recolectada por manos que decidieron tomar el papel protagónico ante adversidades y obstáculos, impuestos por nuestra sociedad.

Referencias

Agricultura, Guatemala Secretaría de. 1940. El cultivo de la vainilla.

Arditti, Joseph. 2009. Orchid Biology: Reviews and Perspectives. Comstock Pub. Associates.

Cárcamo Toalá, Naima Jazíbi, Verónica Vázquez García, Emma Zapata Martelo, and Austreberta Nazar Beutelspacher. 2010. “Género, Trabajo Y Organización: Mujeres Cafetaleras de La Unión de Productores Orgánicos San Isidro Siltepec, Chiapas.” Estudios Sociales 18 (36): 155–76.

Chambers, Alan H. 2019. “Vanilla (Vanilla Spp.) Breeding.” In Advances in Plant Breeding Strategies: Industrial and Food Crops: Volume 6, edited by Jameel M. Al-Khayri, Shri Mohan Jain, and Dennis V. Johnson, 707–34. Cham: Springer International Publishing.

Damirón R, V. 2004. “El Cultivo de La Vainilla.” Veracruz agrícola. Dirección General de Agricultura y Fitosanitaria. Gobierno ….

Enríquez, Héctor. 2013. “La Jerarquía de Los Dioses Totonacos.” México DF: INAH.

Havkin-Frenkel, Daphna, Faith C. Belanger, and Others. 2011. Handbook of Vanilla Science and Technology. Wiley Online Library.

Lamas, Marta. 1994. “Cuerpo: Diferencia Sexual Y Género.” Debate Feminista. https://doi.org/10.22201/cieg.2594066xe.1994.10.1792.

Luna, Adriana Paola Palacios, y Lorraine Bayard de Volo. 2017. “(Abusos y Costumbres: Mujeres Indígenas Confrontando La Violencia de Género y Resignificando El Poder.” Amerika. https://doi.org/10.4000/amerika.8165.

Martínez, Montse, Mercedes Basols, Francisco Javier García, Pilar Climent, Miguel A. García, Núria Pascal, and Others. 2003. “Vainilla.” http://2000agro.com.mx/R/104/files/assets/common/downloads/page0020.pdf.

Navarro, David Moctezuma, José Narro Robles, y Lourdes Orozco Hernández. 2014. “La Mujer En México: Inequidad, Pobreza Y Violencia.” Revista Mexicana de Ciencias Políticas Y Sociales. https://doi.org/10.1016/s0185-1918(14)70803-7.

Salazar Rebolledo, María Grisel, y Paulina de la Garza Castro. 2020. “La Cobertura Periodística de Los Feminicidios En México. Heterogeneidad Y Variación.” Revista Mexicana de Opinión Pública, no. 29: 111–25.

Saldívar-Iglesias, Pedro. 2015. “CULTIVO DE VAINILLA (VANILLA PLANIFOLIA JACKSON).” http://148.215.1.182/handle/20.500.11799/66693.

Santillán Fernández, Alberto, Alejandra Salas Zúñiga, and Nehemías Vásquez Bautista. 2018. “La Productividad de La Vainilla (Vanilla Planifolia Jacks. Ex Andrews) En México de 2003 a 2014.” Revista Mexicana de Ciencias Forestales 9 (47): 50–69.

“TOTONACOS.” n.d. http://www.cdi.gob.mx/dmdocuments/totonacos.pdf.

Vizcaino, Rodolfo. 1984. “Tradición Y Leyenda de La Vainilla.” https://cdigital.uv.mx/bitstream/handle/123456789/47842/ExtensionNo22Pag5-7.pdf?sequence=1&isAllowed=y

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